La actual crisis económica no solo afecta a las pequeñas y medianas empresas argentinas. Sino también a todas las compañías, incluso las más grandes, golpeadas por la depresión de la actividad comercial y la tensión financiera.

En medio de la turbulencia financiera y la extrema polarización, en un mercado global que está conectado digitalmente, la sociedad argentina se plantea dilemas nuevamente. A partir de la inflación, restricciones cambiarias, cambios abruptos en la legislación laboral, la brecha entre el dólar de los bancos y el informal y grande presión impositiva afectan el desarrollo normal de las empresas.

La situación se ha vuelto funesta para la economía argentina y para los inversores en el país, haciendo que estos últimos busquen solución en otros mercados.

Por ello, aquí presentaremos los factores que afectan en mayor manera a empresarios argentinos y el porqué últimamente deciden registrar sus entidades en otros territorios.

carga impositiva en Argentina

Impuestos en la Argentina

Debido a los impuestos que gravan a las empresas en Argentina, la presión impositiva supera a todos los países de Suramérica y es la mayor entre las economías fuertes del mundo.

Según los datos del más reciente informe Doing Business, un trabajo del Banco Mundial y la consultora PwC, la presión fiscal en Argentina representa el 106% de la ganancia neta (antes de impuestos) de las pymes.

El sistema impositivo argentino impacta en las finanzas de una empresa de distintas maneras, ya que establece impuestos en los niveles federal, estatal y local, además, depende de diferentes factores como la ubicación, el tamaño o como figura inscrita.

La presión fiscal se ve reflejada por medio del abundante número de impuestos que pagan las empresas en Argentina. Esto quiere decir que a nivel fiscal o monetario, es un sistema de desincentivos que perjudica al emprendimiento y la iniciativa privada.

Entre los principales impuestos que deben pagar se encuentran:

  • Impuesto a las Ganancias
  • Impuesto al Valor Agregado (IVA)
  • Impuesto a los créditos y débitos bancarios, o “impuesto al cheque”
  • Monotributo
  • Impuesto a los Ingresos Brutos

Entre muchos otros tributos que existen a lo largo y ancho de todo el territorio nacional y que están regulados por una serie de normas.

Además de esto, uno de los golpes fuertes para las empresas argentinas de servicios y tecnología, es el impuesto PAIS (“Para una Argentina Inclusiva y Solidaria”) que grava, entre otros casos, lo que refiere a contratación de servicios de software en el exterior.

Este impuesto aplica sobre una abanico de suscripciones que en los últimos años se han convertido en herramientas necesarias de trabajo, desde servicios en la nube hasta servidores y programas de marketing digital.

Tomando en cuenta que el fisco de la Argentina tiene el ojo puesto sobre las actividades de la economía digital, debido a que el desarrollo de este tipo de negocio ha generado importantes movimientos de dinero en los últimos años. La competitividad de estas empresas con respecto a otros países se ve afectada debido la cantidad de tasas que gravan la actividad económica.

Sumado a las innovaciones durante los últimos 20 años en cuanto a plataformas y medios de pago digitales más que llamativas para la recaudación de impuestos. Algo que genera, a su vez, para las empresas el incentivo más que evidente a facturar desde algún país con baja o nula carga tributaria sobre dichos servicios.

Control de cambio

La creciente brecha cambiaria entre el dólar oficial y los alternativos, sumado al cobro de impuestos llevan a las empresas de Argentina a buscar futuro en otros rumbos.

Argentina cuenta con una inflación anual que supera el 50%. Esta genera grandes pérdidas a las empresas debido a las cuentas por cobrar, pero también por impuestos anticipados. Por diferencias de cambio, las amortizaciones no actualizadas. Por restricciones en la compra de moneda extranjera, impuestos sobre la adquisición de divisas o distintos tipos de cambio, lo que ralentiza considerablemente las transacciones y operaciones de las multinacionales.

Además de que toda entidad establecida en el país y que tenga activos adquiridos en el extranjero, debe hacer uso de ellos para pagar sus obligaciones internacionales, antes de acudir a la institución para solicitar divisas.

Quienes en la actualidad venden sus servicios -principalmente los destinados a lo digital y tecnológico- a otros países suelen cobrar a través de plataformas y les toca conformarse con una cotización del dólar poco conveniente, ya que las fintech (Financial Technology) que permiten habilitar saldos en el sistema bancario realizan el cambio de los fondos a la moneda oficial y cobran una comisión.

Incluso, en varios casos los servicios que utilizan los profesionales y empresas -pequeñas y medianas- en Argentina que venden al exterior no aceptan pagos vía plataforma, sino que deben cancelarse por medio de tarjeta de crédito y con base en el dólar oficial, por lo que pierden una parte de sus ingresos. Además, se deben realizar el pago de impuestos sobre estos cobros al exterior.

Todo esto consecuencia de que el país suramericano cuente con una moneda empobrecida por el mal manejo de la política del banco central y la inflación descontrolada.

Riesgo país que aterra a las empresas

En términos de impuestos, leyes y regulaciones, Argentina es el tercer país más complicado en el mundo para hacer negocios, según el Índice Global de Complejidad Corporativa de TMF Group.

La apertura comercial es limitada. El Estado tiene un gran peso sobre el mercado y el grado de incertidumbre política que atraviesa el país repercute directamente en la situación económica general.

Además, en el indicador que mide el respeto a la propiedad privada en 130 países, Argentina se sitúa entre los 10 peores. Asimismo, según el Índice de Calidad Institucional (ICI) la nación se encuentra en la posición 125 de un total de 194.

El país suramericano transita un camino entre el riesgo y la crisis provocada la inflación, la incontenible especulación y la excedencia de endeudamiento.

Las empresas en Argentina viven en vilo. Decisiones regulatorias con ausencia o aplicación de ellas, cambios constantes en las normativas y falta de procedimientos para puesta en vigencia.

El miedo latente a la posibilidad de que las autoridades afecten precios, cantidades o servicios, actividades de manera que se trastorne la rentabilidad, se planteen controles directos sobre ella o cambien las reglas que rigen precios o beneficios.

Es complicado predecir el panorama económico y político para el momento de la toma de decisiones, junto con falta de información y el entendimiento de los problemas a los empresarios se les coloca en un ambiente desfavorable para invertir.

Registro fuera de la Argentina

Hacer negocios en suelo argentino es un desbalance total. Comerciar es demasiado complicado y poco rentable.

Un difícil entorno operativo, las restricciones del acceso a dólares, aumento de los impuestos, prohibición de los despidos y el hecho de que clientes potenciales no confíen en las empresas sobre territorio argentino. Todo esto ha llevado a las exportadoras, importadores o personas a plantearse la posibilidad de expandir sus negocios fuera de las fronteras argentinas.

Asimismo, para proteger su capital, muchos han visto la mejor oportunidad en el desarrollo de actividades económicas o de inversión fuera de su país de residencia, bajo la figura jurídica de una Limited Liability Company (LLC) estadounidense.

Pero, ¿de qué se trata esto? Simple. Una LLC en EE.UU. ofrece la flexibilidad de una sociedad colectiva y al mismo tiempo proporciona la protección contra la responsabilidad personal que ofrece una sociedad anónima. Esta estructura comercial es fiscalmente transparente y las ganancias se transfieren a la declaración de impuestos de sus miembros.

La creación de una LLC resulta en la actualidad lo más popular. En principio los dueños no tienen que ser residentes en Estados Unidos, por si fuera poco su negocio tiene la capacidad de proyectarse a futuro y plasma el respaldo de las instituciones financieras y jurídicas.

Además permite abrir puertas a los distintos mercados llevando al desarrollo de estrategias comerciales, mejorando la operatividad y fomentando la competitividad.

Saber elegir

Constituir una sociedad LLC en EE.UU. no es tarea fácil. Se necesita del asesoramiento y trabajo de un profesional y especialista en la materia. Además es indispensable contar con instrucciones durante el proceso de constitución y posteriormente contar con la información acerca de las obligaciones fiscales.

Lo que sí debes tener muy en cuenta es no convertirte en ETBUS, que quiere decir engaged in a trade or business in the United States”, esto depende de que se tenga o no  una oficina o establecimiento en EE.UU. con los llamados “Agentes Dependientes”, es decir, personas que trabajan y realizan funciones esenciales en territorio estadounidense únicamente para la LLC.

Si su empresa no es ETBUS, los ingresos no estarán gravados en los EE.UU. ya que al residir en Argentina no está sujeto a impuestos en el pais norteamericano.

Esto quiere decir que, cuando hace vida, labora y está sujeto a impuestos en su país de origen, según el tratado fiscal aplicable puede eludir los tributos de EE.UU.

Ventajas de una sociedad LLC

Tomando en cuenta la situación argentina, queda clara la razón principal por la cual empresas toman la decisión de apostar por una sociedad offshore: beneficios fiscales.

Además, ofrecen determinadas condiciones como pueden ser: facilidad de trámites, contabilidad comercial simplificada, comprar y vender productos a su compañía nacional u otros facturando un precio conveniente y competitivo.

Asimismo una LLC cuenta con leyes de privacidad en las que se puede resguardar la información acerca de sus propietarios. Algo legítimo y en varios casos deseable al momento de constituir un negocio.

Por ejemplo, aquellas registradas en Delaware, Wyoming, Nevada y New Mexico no comparten registros públicos sobre sus dueños.

Sin embargo, se debe tener en consideración que las instituciones del Estado norteamericano, así como el Servicio de Impuestos Internos (IRS), entidades bancarias, entre otros organismos sí tienen derecho al acceso de los registros.

Tomando en cuenta lo anterior, la constitución de una sociedad LLC en Estados Unidos es una de las soluciones para los negocios globalizados. Sobre todo, en el caso de empresas de tecnología y comunicación en las que los clientes se encuentran alrededor del mundo y se trabaja desde y para diferentes países.

De esta forma, las empresas en Argentina han buscado protegerse del latente riesgo de la inflación, además de evitar controles de capital o regulaciones.

Para empresas en Argentina que navegan a través de la industria digital, la incorporación de una sociedad LLC ya es una modalidad común. Se ha convertido en la mejor opción. Ofrece eficientes resultados por medio de la consolidación de operaciones sin necesidad de tanta fiscalización logrando asimismo mitigar el riesgo país.